El panorama latinoamericano está en plena tensión: aglomeraciones crecientes, infraestructuras rezagadas, planificación urbana precaria, cambio climático y brechas sociales al alza. Para 2050, se proyecta que el 89% de la población de América Latina y el Caribe vivirá en zonas urbanas. Ese salto no es un problema técnico, es un desafío civilizatorio: definir ciudades sostenibles, justas, humanas y resilientes.
¿Qué entendemos por “futuros urbanos”?
Un futuro urbano no es una utopía tecnológica. Es el cruce entre planificación estratégica, innovación, gobernanza colaborativa y desarrollo ambiental. Es fabricar ciudades capaces de adaptarse cuando cambien las condiciones (económicas, climáticas, sociales). Es repensar territorio, movilidad, vivienda y servicios bajo un modelo que no reproduzca errores del pasado.
Realidades y tendencias que no se pueden ignorar
- América Latina y el Caribe son la región en desarrollo con mayor urbanización del mundo: cerca del 80 % de su población vive en ciudades.
- Una expansión urbana desordenada (urban sprawl) tiene un costo ambiental alto: en 2030 el uso del suelo urbano podría aumentar 50% más rápido que la población, agregando hasta 1.2 millones de km² de superficie construida, según el Banco Mundial.
- La forma urbana importa para recursos vitales: zonas periféricas mal conectadas sufren hasta un 38 % menos acceso a infraestructuras hídricas y tarifas 75 % más altas de agua.
- En México, las ciudades están perdiendo densidad central mientras el perímetro crece: se detecta una migración hacia los bordes, conurbaciones cada vez más extensas.
Estos indicadores dibujan un mapa preocupante: ciudades más grandes, más ineficientes y con servicios alejados de la ciudadanía que más los requiere.
Uno de los principales desafíos que enfrentan las ciudades latinoamericanas es la gobernanza débil y la institucionalidad fragmentada. Cuando no existe coordinación entre los distintos niveles de gobierno, resulta imposible alcanzar una escala urbana efectiva que responda a las necesidades de la población. A ello se suma el problema del financiamiento limitado, ya que los proyectos tecnológicos o de infraestructura requieren inversiones iniciales considerables que muchas veces se vuelven inviables en contextos de presupuestos tensos y prioridades políticas cambiantes y si le sumas el riesgo climático y vulnerabilidad, el “factor desastre” se maximiza.

Pienso que el futuro urbano viable en Latinoamérica no va por gigantes hipertecnificados, sino por ciudades cohesionadas, sociales y humanas. La tecnología debe servir al ciudadano, no ser objetivo en sí misma. Pongo en el centro tres prioridades:
- Estrategias urbanas integradas
- Innovación local con propósito social
- Participación activa
Gobiernos, iniciativa privada, emprendedores y ciudadanía tienen que asumir su rol. Las ciudades futuras no serán mágicas: se construyen desde decisiones hoy. Como lo menciona el ConTech Council Latam: Las ciudades del futuro empiezan con innovación colaborativa.
Los futuros urbanos latinos hoy día, no son apuestas improbables: están en nuestras manos si adquirimos urgencia política y ética urbana. No podemos esperar ciclos electorales o programas aislados. Es momento de redefinir ciudades con propósito: sostenibles, incluyentes, inteligentes, humanas. LatAm necesita rostros urbanos con dignidad, no fachadas vistosas vacías.
Por: Edgar Roen, Founder & CEO ConTech Council Latam, Delegado Habitat en COPARMEX Nacional, y Consejero en el Comité de Habitabilidad y Adecuación Cultural de la SEDATU
Este es un texto de la edición 155 de Inmobiliare Connect, dale CLIC AQUÍ para descargar.










