Para mitigar los efectos del cambio climático es importante impulsar la generación de energía hidroeléctrica en México, mediante acciones firme y estratégicas como el desarrollo masivo de proyectos de rebombeo, afirmó Humberto Marengo, presidente del Comité Mexicano de Grandes Presas (Icold México) y subdirector General Técnico de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en conferencia de prensa.
Detalló que este tipo de infraestructura, clave a nivel mundial, utiliza un sistema de dos embalses (uno superior y uno inferior), y aprovecha energía eólica o solar para bombear agua hacia el embalse superior durante las horas de baja demanda. Luego, esa misma agua se libera para generar electricidad en los picos de consumo, generando importantes ahorros y sin causar impacto ambiental.
También, permite aprovechar obras existentes hoy subutilizadas, garantizando energía firme, limpia y confiable. Como ejemplo, Marengo señaló que Estados Unidos genera más de 101,000 MW de energía hidroeléctrica, de los cuales 22,000 MW provienen de sistemas de rebombeo; y Canadá produce 79,000 MW en total, con 177 MW por rebombeo; mientras que México genera apenas 12,589 MW, y solo tiene un proyecto de rebombeo aprobado.
En este sentido, Luis Robledo, coordinador del Comité de Infraestructura del CICM, enfatizó que es importante los proyectos de rebombeo, ya que son una solución eficaz para almacenar energía, especialmente en el contexto del aprovechamiento de fuentes renovables como la solar y la eólica.
“Sin almacenamiento, estas energías no podrían expandirse como se desea; los rebombeos ofrecen una alternativa más económica y sostenible que las hidroeléctricas tradicionales. Además, el país tiene condiciones geográficas favorables para implementar estos proyectos, como en la Sierra Madre, o infraestructura como el sistema Cutzamala, donde propuso un sistema de rebombeo para reducir los costos energéticos”.

Ventajas de la energía hidroeléctrica en México
Humberto Marengo resaltó las ventajas de la hidrogeneración: por ejemplo, produce 12,000 TW/año y un ingreso económico cercano a los 300 mil millones de dólares anuales; tiene una tecnología muy probada; dan poder y estabilidad a los sistemas; permite dar agua potable, irrigación, reduce apagones, protege del clima, además de ser un suministro de energía confiable, garantizada.
“Y sin duda, será uno de los grandes guardianes de la electricidad a nivel mundial, porque regula la frecuencia de las redes eléctricas. Se estima que, en un futuro, la hidroelectricidad estará más dedicada a la satisfacción de picos de demanda diaria o semanal que requieren mucho menor almacenamiento y el respaldo de los sistemas de energía”.
Por su parte, Mauricio Jessurun, presidente de presidente del XL Consejo Directivo del CICM, resaltó que la transición energética es uno de los grandes retos de la época.
“Transformar la forma en que generamos, distribuimos y consumimos energía es una tarea urgente para enfrentar el cambio climático, mejorar la calidad de vida de las personas, impulsar nuevos sectores productivos y asegurar el acceso universal a energía limpia, confiable y asequible. En pocas palabras, no hay desarrollo sostenible sin una infraestructura energética adecuada”.
Mauricio Jessurun destacó que el desarrollo hidroeléctrico enfrenta importantes retos, por ejemplo, “exigencias tecnológicas de modernización, esquemas de financiamiento innovadores y mecanismos de gestión social efectivos que garanticen la aceptación y el beneficio compartido de los proyectos. En este escenario, la planeación estratégica y la gerencia de proyectos se vuelven factores decisivos”.










