Durante el último año, casi uno de cada 10 inquilinos de los centros comerciales liberó espacio en los principales mercados de México (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey); en total se desocuparon 120,000 metros cuadrados de área bruta rentable, un volumen 2.4 veces menor al de las absorciones registradas en el mismo periodo, lo que terminó reduciendo la tasa de la tasa de disponibilidad general, de acuerdo con SiiLA.
El 85% del espacio liberado fue de locales chicos, islas, minis y medianos; 14% corresponde a expendios grandes, mega y de food court, y solo el 1% fue de las tiendas ancla.
“Esa asimetría no se explica por el giro del negocio, ya que los sectores de alimentos y productos de consumo predominan con independencia del tipo de local, sino por la escala empresaria que sostiene cada espacio”, indicó SiiLA.
Los locales pequeños son rentados por marcas emergentes o de carácter temporal; mientras que los grandes y las de anclas suelen ser de cadenas consolidadas que, con músculo financiero y reconocimiento de marca, pueden sostener contratos a largo plazo. “De ahí que la rotación siga un patrón inverso al tamaño del espacio”.

Centros comerciales en México: ¿qué deben hacer los desarrollos?
Según SiiLA, la diferencia estructural entre formatos pequeños y grandes también se refleja en la tasa de disponibilidad. Los locales grandes y gigantes, que concentran alrededor del 70% del inventario, operan con apenas el 5% de disponibilidad promedio; mientras que los pequeños, medianos, islas y de food court, que en conjunto representan el 30% del espacio, registran tasas cercanas al 17 por ciento.
“La estabilidad financiera de los centros comerciales depende tanto del peso de sus marcas consolidadas como de la fragilidad de los segmentos pequeños y medianos, donde la rotación constante define tanto el riesgo como la vitalidad del mercado”.
SiiLA destacó que esta dinámica para los desarrolladores de este tipo de propiedades no solo es un desafío, sino un eje estratégico, ya que es equilibrar portafolios que combinen la seguridad financiera de las grandes marcas con la renovación que aportan los inquilinos pequeños y emergentes.
“Implica ofrecer flexibilidad a los más pequeños, con contratos cortos o rentas escalonadas; y certidumbre a los grandes con acuerdos de largo plazo, ubicaciones privilegiadas o incentivos a la inversión en el espacio; todo dentro de una mezcla comercial diversificada que sostenga la rentabilidad a mediano y largo plazo”.











